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Sevilla: Historia y Cultura

Festiva, colorista, alegre. Misteriosa, romántica, monumental. Sevilla es todo eso y mucho más. Historia y cultura que se disfrutan en cada paseo por sus calles y avenidas. Embrujo y misticismo, gastronomía suculenta y una creciente oferta de ocio con un clima privilegiado durante todo el año. Siempre es buen momento para redescubrir Sevilla, una ciudad con mucho por vivir.

Heredera de un rico patrimonio histórico y cultural, Sevilla ha sido desde sus orígenes asentamiento de diversas civilizaciones. Su origen se remonta a la época tartésica. Resurgió de sus cenizas como floreciente ciudad romana de Híspalis luego de ser, aseguran, destruida por los cartagineses. También fue una ciudad preeminente durante el reino visigodo. Vivió un gran esplendor tras la invasión musulmana, constituyéndose cora de Al Ándalus y capital de un reino de taifas. Es en la etapa almohade (mediados siglo XII) cuando la Isbiliya alcan su máximo esplendor, cuando se construye la Mezquita Mayor, cuyo alminar constituye el símbolo de la ciudad y que a raíz de su remate renacentista coronado por una veleta que gira, comenzará a llamarse Giralda, orgullo monumental de la ciudad.

En 1248 entra a formar parte de la Corona de Castilla y León bajo el reinado de Fernando III e instituida capital del Reino de Sevilla.

Llegada la Baja Edad Media su puerto fluvial y la colonia de mercaderes genoveses la convirtieron en un lugar estratégico para el comercio internacional europeo.

El Descubrimiento de América, en 1492, sitúa a Sevilla como imprescindible en el mapa ultramarino. No en vano se convirtió en el centro económico del Imperio español. Los Reyes Católicos fundaron la Casa de Contratación, que regulaban las relaciones con el Nuevo Mundo.

Llegado el siglo XVI la ciudad experimentó un gran desarrollo y transformación. Y un crisol multicultural que propició el desarrollo de la cultura y las artes, jugando un papel importante en el Siglo de Oro de las letras y una ciudad imprescindible para entender el Barroco español.

Llegado el s. XIX lo hace también con la industrialización y el desarrollo de la red ferroviaria española, coincidió con la época romántica, y su máximo exponente, Gustavo Adolfo Bécquer. La arquitectura vive un momento de esplendor, muy especialmente la regionalista y la del Hierro, de la que dan testimonio el Puente de Triana, inspirado en el Puente Carrousel de París, o la Nave del Barranco.

El Siglo XX es capital para el desarrollo de la proyección internacional de Sevilla con la celebración, en 1929, de la Exposición Iberoamericana, que dibujó una nueva y moderna Sevilla. Y muy especialmente la Expo 92, que supone un importante desarrollo urbanístico y el gérmen de la nueva tecnópolis de la ciudad, la Isla de la Cartuja.